Para los especialistas en descubrir vasos medio vacíos donde quiera que ponen el ojo, las dificultades que tienen los expertos para señalar a un favorito para la “Liguilla” del Torneo de Apertura que ya está a la vuelta de la esquina, constituyen “una prueba de la mediocridad del futbol mexicano”. Para quienes prefieren advertir los vasos medio llenos, el equilibrio de fuerzas entre los equipos llamados a participar en el verdadero campeonato, es uno de sus principales atractivos.*Llegados a estas alturas de la película, las comparaciones, además de ser odiosas, se vuelven inevitables… ¿Sería preferible —plantean algunos— tener campeonatos al estilo de la Liga Española, en la que Barcelona y Real Madrid son los únicos protagonistas mientras los demás equipos —Valencia, Sevilla, Atlético de Madrid y ocasionalmente alguno más— se limitan a recoger, para efectos de su participación en las competencias europeas, las migajas que se caen de la mesa de los grandes…? ¿O como la Bundesliga (la Liga alemana), con fama de ser la única en que los campeonatos se ganan de manera diferida, habida cuenta de que ahora mismo ya se sabe quién va a ganar la del año próximo…?*Al llegar, esta semana —por obra y gracia de los partidos de la eliminatoria mundialista ante Estados Unidos y Panamá— el receso previo a la última jornada de la etapa clasificatoria, cualquiera se da cuenta de que entre los actuales ocupantes de las ocho primeras plazas hay una sola presencia sorpresiva: la del Necaxa.Lejos de resignarse a pagar, a punta de penurias, el derecho de plaza, el equipo recién llegado de la División de Ascenso se ha convertido, a base de resultados, en la sorpresa agradable del certamen.Considerando que León y Monterrey, que recientemente han ganado títulos, aún están en zona de calificación —aunque dependen más de lo que otros dejen de hacer que de lo que ellos mismos hagan en la última jornada—, Cruz Azul y Santos Laguna son, por derecho propio, por su incapacidad para estar a la altura de sus respectivos historiales, las grandes decepciones de la campaña.Por lo que hace al desenlace que pueda tener la historia, sería un necio el que se atreviera a señalar un favorito… o a desmentir al anónimo autor de una sentencia que sigue vigente al paso de los años: “Aquí cualquiera le gana a cualquiera”.