Aunque parezca lo mismo —como dice la canción—, no fue igual el 0-0 del Guadalajara ante el Cruz Azul, que el del Atlas ante los “Tigres”. Porque, mire usted... * Si a raíz de sus resultados y de sus desempeños en las dos primeras jornadas del Torneo de Apertura, hubo elogios para los rojinegros porque no perdieron y críticas para los rayados porque en la “era” de John van’t Schip como técnico se alargó la racha de descalabros que comenzó desde la temporada anterior, ahora, aunque ninguno ganó, los papeles parecen invertirse. El cotejo entre rojiblancos y “Cementeros” fue calificado por la crítica como un duelo de porteros. Luis Ernesto Michel, en un lado del campo, y Yosgart Gutiérrez, en el otro, fueron las figuras del encuentro por los lances en que impidieron, de manera espectacular, goles que ya se coreaban. (Paradojas del futbol, por cierto: el aficionado va al estadio a ver goles... y, rumiando las acciones de milagrería en que los porteros frustraron las mejores ocasiones de gol que se plantearon en el partido, sale gratificado). El caso es que se trató de un partido que cualquiera pudo ganar. En consecuencia, los dos equipos se repartieron equitativamente, como buenos hermanos, tanto el aplauso de la tribuna como el elogio de la crítica. * No fue, por desgracia, el caso del Atlas. Que sus jugadores tuvieran la personalidad necesaria para jugar sin complejos ante un equipo con jerarquía indiscutible, con blasones recientes (fue campeón del anterior Torneo de Apertura y semifinalista en el de Clausura), no significa que el cuadro rojinegro también hubiera acariciado, en algún momento, la victoria. Los “Tigres”, en cambio, sí que lo hicieron: Elías Hernández —una vez en el primer tiempo, otra en el segundo—, y Damián Álvarez, sobre todo, al fallar de manera inverosímil un gol que parecía hecho, perdonaron la vida a los rojinegros. * El Atlas, hasta ahora, no ha dado indicios de contar con un plan de juego que determine qué movimientos ofensivos deben hacer los jugadores --el que conduce la pelota y los restantes, puesto que “el pase no lo da el que lleva el balón, sino el que se mueve para recibirlo-- o cómo debe pasarse de la defensa al ataque. (Paradojas del futbol, también: el Atlas actual ya tiene atacantes —Mancilla, Sandoval, Vuoso...—, pero no tiene ataque).