Una vez que México fue el primer país de la Concacaf que aseguró el boleto para el Mundial del año próximo en Rusia —disipando, como se ha señalado reiteradamente, los fantasmas que en los dos procesos precedentes se presentaron—, los afanes de los supuestos especialistas en hurgar en la esfera de cristal para anticiparse al futuro, se orientan a tratar de vislumbrar hasta dónde podría llegar el Tri en ese certamen… pasando por una larga serie de elucubraciones acerca de la calidad de la materia prima de que se dispone, y, por supuesto, de la pertinencia de los métodos de Juan Carlos Osorio para mejorar las muestras “históricas”.*Aunque se trata de una práctica muy usual y de un ejercicio que puede resultar estimulante y hasta divertido —para todo hay gustos…—, sería pertinente establecer, de entrada, que las posibilidades teóricas de todos los participantes dependerán, ante todo, de la composición de los grupos.En el caso del Tri, las declaraciones del Presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Decio de María, de que cerrar la fase clasificatoria en el primer lugar —algo que, por lo demás, parece muy factible— alentaría la posibilidad de ser “cabeza de grupo”, responden más a un buen deseo que a una probabilidad tangible.*Los criterios —tanto deportivos como económicos— vigentes en un Mundial, permiten anticipar que la distinción de ser “cabeza de serie” corresponderá a las Selecciones clasificadas en el “Ten Top” (es decir, entre las 10 mejores) que consigan el boleto. Si Argentina, Chile u Holanda, por señalar los casos concretos que pudieran darse, se convierten en “grandes ausentes”, otros de rango similar tomarán su lugar en el sorteo de grupos. Difícilmente México —o el país de la Concacaf que terminara primero en la zona— tendría ese privilegio.*Por otra parte, aun si de aquí a la cita en Rusia mejoraran las circunstancias que actualmente rodean a varios de los mejores jugadores —los “europeos”— mexicanos (Herrera, Reyes y Layún son suplentes en sus equipos; Herrera y Jiménez son intermitentes en los suyos; Ochoa, Guardado y el “Chicharito” militan en conjuntos de segunda categoría; Gio y Jona dos Santos y próximamente Vela descendieron de rango al emigrar a Estados Unidos), hay que ser honestos, reconocer que México carece de cracks propiamente dichos… y concluir, con todo y pena, que, como dijo el clásico, “la caballada está flaca”.
