Sábado, 20 de Abril 2024

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- “¡Nos fallaste...!”

Por: Jaime García Elías

- “¡Nos fallaste...!”

- “¡Nos fallaste...!”

De las bardas de ciertas residencias suele decirse que son del tamaño del miedo de sus dueños; de las medidas de seguridad de que se rodean ciertos funcionarios y ex funcionarios públicos, lo mismo.

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Se explica que a ex funcionarios públicos relacionados con temas de seguridad, combate a la delincuencia, etc., y a sus familiares directos, se les proteja de agresiones y aun posibles atentados, alentados por el resentimiento de quienes eventualmente delinquieron y excepcionalmente –por aquello de que en nuestro medio la impunidad es la regla, y la aplicación estricta de la ley, la excepción— tuvieron que pagar por ello. Se comprende que ex Presidentes, gobernadores o funcionarios de primer nivel, se marginen y traten de eclipsarse en cuanto cumplen sus encargos. Y se comprende, en consecuencia, que cuando esos personajes rompen esa regla, paguen el precio del desahogo, airado en no pocas ocasiones, del ciudadano común.

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-II-

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Al ex Presidente Vicente Fox acaba de sucederle. En un mercado de San Cristóbal de las Casas, un ciudadano (no identificado por los medios), viéndolo a los ojos, lo increpó. Le reprochó, tuteándolo, que “pudiste matar al PRI y lo dejaste vivo (…); abusas cuando sales en la televisión: no nos representas; quedaste a deber mucho; mataste la transición con tu inutilidad (…); te seguimos manteniendo…”.

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El incidente habría quedado de ese tamaño, de no ser por los comentarios que la nota suscitó en los medios nacionales que lo difundieron. Amén de que fueron numerosos, fue significativo –más allá de que la coyuntura propició que se desatara un aluvión de epítetos ofensivos—, el consenso en el sentido de que Fox, acaso en mayor medida que otros ex Presidentes, les falló a muchos ciudadanos que creyeron que hacer efectiva la bravata reiterativa de su campaña (“sacaremos al PRI de Los Pinos”) iría más allá de la anécdota; que los mexicanos vivirían la experiencia, soñada durante siete décadas, de conocer otra manera de gobernar; que “el cambio” prometido consistiría en hacer efectivo el ideario del PAN (“una patria ordenada y generosa”) y el suyo propio de poner la muestra en lo que a gobernar con honradez y eficacia se refiere.

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-III-

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Que un gobernante alimente el anhelo de que la historia lo absolverá (Fidel Castro dixit), es discutible: la absolución implica posibilidad de pecado; que a un ex gobernante un ciudadano le restriegue, en la cara, que “te seguimos manteniendo”, tras reprocharle que “nos fallaste”, es patético…

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