Contra el Tedio

El día de ayer, el periódico La Jornada, en su edición nacional, dio cuenta de una nota firmada por Mónica Mateos-Vega en donde se consignó la inauguración del Encuentro Internacional de Cultura y Medios, organizado con motivo de los primeros 15 años de existencia del Canal 22, y que se llevará a cabo en la capital del país hasta el próximo 23 de junio.

El texto de la reportera destaca la participación de uno de los más destacados especialistas en medios (a nuestro juicio, un filósofo de los mass media), el antropólogo Néstor García Canclini, quien en su conferencia inaugural -“Cinco dudas sobre la televisión cultural”- señaló algo que ya a estas alturas no es nuevo, pero que se vuelve cada vez más insistente: la urgencia de una Ley de Medios. Según la nota, Canclini dibujó el panorama nacional en donde “la desregularización de los mercados audiovisuales y las obstrucciones para una nueva legislación de medios y telecomunicaciones favorecen la concentración monopólica y la dependencia de las trasnacionales”. Además, dijo que “nuestra tarea como comunicadores, investigadores, creadores culturales y audiencias es imaginar un espectro de televisoras (o radiodifusoras, agregamos nosotros) en las que la cultura, el debate político razonado y la comunicación plural con el mundo sitúen a la televisión en esta época de post-tv (o días de podcast y radios por internet, seguimos agregando) como algo más que un paquete de entretenimiento digitalizado que simulan el conocimiento, la felicidad y la participación”.

II

Traemos lo anterior a colación nomás para señalar que Radio Universidad de Guadalajara no anda tan perdida al haber organizado, como parte de los festejos por su 34 aniversario celebrado el viernes pasado, dos mesas de reflexión en torno a la importancia, vigencia y trascendencia de los llamados medios públicos (que ni siquiera están reconocidos como tales en ninguna ley en la materia en nuestro país, como destacó Jorge Volpi, uno de los invitados y, por cierto, director del Canal 22). Todavía más, apenas unos días antes (domingo 25 de mayo) nos despachamos en el Canal del Congreso un programa de la serie Solórzano en la Red, conducido por el periodista Javier Solórzano y producido por la Red (¡agarren aire!) de Radiodifusoras y Televisoras Culturales y Educativas, A.C. En esa emisión, Solórzano tuvo como invitados (¡otra vez!) a Volpi y a Elia Sánchez, presidenta de la Red y, a su vez, directora de la Coordinación de Radio, Cine y Televisión de Tlaxcala, en donde, para variar, se volvió a recontrainsistir en la necesidad de que nuestros valientes y comprometidos legisladores se fajen los pantalones y ya no les dé miedo entrarle a este asunto, que no es de importancia menor (“tan urgente y vital es la reforma a la Ley de Radio y Televisión como la reforma energética, nada más que el pueblo -o los ciudadanos- no lo saben o valoran así, por mera falta de información”, sentenció clarito y preciso otro de los invitados por Radio UdeG, Marco Levario, director de la revista Etcétera.

III

Lo único cierto y real con lo que nos quedamos, tras habernos despachados esas mesas de reflexión, ese programa y la nota de ayer, así como nuestro cotidiano consumo informativo sobre el tema, es que aquí la única culpa es, como ya dijimos, de nuestros diputados y senadores. Francamente es una verdadera pena el conflicto de intereses que ronda por los pasillos de Xicoténcatl y San Lázaro, en la Ciudad de México, que da al traste con una elemental, justa y necesaria demanda pública, de todas y todos: el derecho a que nuestros medios de comunicación se democraticen para que fortalezcan la construcción de una ciudadanía más informada, mejor preparada, con mayor conocimiento, y que nos permita avanzar sin prejuicios ni miedos por los caminos que nos llevarán a resolver -o enfrentar- los pendientes y retos que venimos arrastrando desde hace tiempo. ¿Cómo cuáles? Tan solo uno de ellos lo hemos visto en estos días: la honestidad para saber entender en todas sus dimensiones las fortalezas y debilidades que implica una decisión trascendental; por ejemplo, un Ombudsman (o Defensor) de los medios de comunicación.

IV

Hay mucha tela de dónde cortar, pero el espacio es corto: si tienen ganas, la próxima semana decimos nuestros “Piensos” sobre este tema.

Comentarios, quejas y recomendacioncitas a: davidguerrero.lemus@gmail.com.