Viernes, 29 de Marzo 2024
Los paisajes complementan nuestra relajación en este lugar. EL INFORMADOR / D. Kótsiras
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En un rincón de la Sierra...

Mascota cuenta con un ambiente relajado y tranquilo, perfecto para descubrir cada uno de sus rincones con un delicioso paseo por las tardes

Mario Castillo Flores

A tan sólo 210 kilómetros de Guadalajara nos encontramos con un lugar de ensueño: Mascota, Jalisco. Un sitio que nos invita a bajar las ventanas del auto cuando arribamos a él para dejar que fluya el aire limpio. Un poblado cuya posición geográfica lo hace privilegiado entre el Río Mascota y las montañas que nos llevan hasta Puerto Vallarta, no sin antes tener la posibilidad de hacer escala en otros pueblos mágicos como San Sebastián del Oeste o Talpa.

Y es que ir a Mascota es la opción perfecta si se quiere descansar y disfrutar de la naturaleza que lo rodea. Además, sirve como punto estratégico para poder hospedarse y moverse entre este tridente serrano, cuya oferta turística contiene una variedad propia de la región. Es decir, mientras podemos ir a Talpa a 45 minutos desde Mascota, a San Sebastián del Oeste lo podemos hacer a casi una hora de camino.
Por lo tanto, para quien busca un espacio tranquilo y tradicional para relajarse, lo puede encontrar en el Hotel Mesón de Santa Elena, el cual se erige como la elección ideal para hospedarse en Mascota. Cabe señalar que quien se quede en este sitio, elige hacerlo en un lugar de rica historia.

La Preciosa Sangre, un lugar enigmático dentro de Mascota. EL INFORMADOR / D. Kótsiras

Enclavado en la calle Hidalgo 155, el hotel está a tres cuadras del primer cuadro de Mascota, cuyos alrededores aún conservan la atmósfera de un viejo Jalisco que se niega a morir, con sus fondas, sus portales, la amabilidad de su gente, con sus calles que actualmente viven una ligera remodelación gracias a la reciente celebración del segundo aniversario del municipio como Pueblo Mágico.

Y para disfrutar de todo esto, en el Hotel Mesón de Santa Elena existen las amenidades suficientes para todo tipo de turistas, como lo es la atención de visitantes nacionales y extranjeros, así como para los aventureros del “Vallartazo” que se celebra cada año, los que practican motocross o quienes disfrutan de la aventura en bici de montaña, entre otros deportes; además, el turismo religioso también tiene su espacio en este hotel.

Su historia

Desde que uno llega al Hotel Mesón de Santa Elena se percibe un aire muy tradicional. Está adaptado sobre una casa con 240 años de construcción, cuyas adaptaciones y obras para hacerla funcional y convertirla en hotel son una constante ya que el mantenimiento no ha sido fácil pero los visitantes lo agradecen por la hermosa vista que ofrece.

Como hotel, el pasado 7 de julio cumplió 17 años de operación. “Teníamos esta propiedad que fue comprada por la familia Robles Sahagún en 1986, pero nunca se pensó en hacer un hotel; como mi esposo y yo nacimos en Mascota, teníamos la idea de que un día que nos retiraríamos de nuestras profesiones y esta casa fuera punto de reunión de nuestra familia”, compartió su actual dueña la Doctora Chayito Sahagún de Robles, quien con mucha pasión y calidad en el servicio ha hecho despuntar su hotel en la región.

El Hotel Mesón de Santa Elena cuida cada detalle para recibir a sus huéspedes. EL INFORMADOR / D. Kótsiras

“En su momento, en 1999 la Secretaría de Turismo nos invitó a hacer de esta propiedad un hotel bajo un concepto de Haciendas y Casonas de Jalisco, entonces se nos hizo buena la idea, y aunque nos cambió los planes, aceptamos y pusimos manos a la obra. La casa estaba deteriorada; iniciamos con la rehabilitación con siete habitaciones y hoy contamos con 15 cuartos”.

El esfuerzo por tener un hotel de primera calidad le ha valido el reconocimiento de ser el único que cuenta con el nombramiento a nivel federal de “Tesoros de México” de entre la veintena de hoteles que existen en Mascota.

Espacios y oferta

Con un personal bien capacitado, con habitaciones equipadas y con ropa de cama y servicios de primera, así como la atención al cliente prácticamente personalizada, hacen de este hotel un espacio que nos cobija como estar en casa.

Cada una de las 15 habitaciones cuenta con espacios únicos, ninguna es igual, desde que nos asomamos por las puertas y ventanas tenemos distintas vistas. Entre las opciones encontramos la habitación Estándar con cama king size; la habitación Superior con dos camas matrimoniales o Queen (la mayoría cuenta con sofácama también); la Junior Suite, con tina de baño rústica o con hidromasaje. Cada una con elementos distintivos que no se repiten y se aprecia el trabajo que se ha hecho en los detalles interiores.

Este es tan solo una de las vistas que ofrece el Hotel Santa Elena en Mascota. EL INFORMADOR / D. Kótsiras

Cabe señalar que una de las casas aledañas ha sido comprada y en mes y medio iniciará operaciones una cafetería, también se tendrá listo un proyecto de SPA y un centro de negocios, cuya casa también incluirá 10 suites más.

Dependiendo la ocupación, el hotel ofrece desayunos, comidas y cenas. También se preparan paquetes para recibir a grupos especiales como empresas. El desayuno es tradicional y muy bien servido, con café, fruta, chilaquiles u omelette al gusto. En esta ocasión, para ir a comer, disfrutamos de un restaurante que tiene el sabor casero, el cual también forma parte de la familia Robles, en “La casa de mi abuelita”, un sitio imperdible cuyo buffete incluye borrego, carne en salsa verde, arroz y frijoles, caldo de verduras, fruta, flan, café y aguas frescas.

En conclusión, quedarse a disfrutar de Mascota hospedándonos en este hotel fue una gran elección, ya que nos permite deplazarnos a pie por el Centro Histórico y conocer el ambiente pueblerino del municipio, así como poder visitar las ruinas de La Preciosa Sangre, e incluso visitar un rinconcito llamado La Yerbabuena, a tan sólo tres kilómetros. Volveremos, sin duda, porque sitios como éste se disfrutan poco a poco.