Sábado, 01 de Junio 2024
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Otra crisis en el SIAPA

Por: Diego Petersen

Otra crisis en el SIAPA

Otra crisis en el SIAPA

Dios da el agua, no la entuba. Con esa consigna los expertos en temas de agua solían explicar la necesidad de invertir en infraestructura hidráulica y hacer conciencia de los costos que tiene para una sociedad tener y mantener una red de agua potable confiable no sólo en su calidad sino en su operación.

La red de agua y la red eléctrica son sin duda los sistemas más complejos de operar en una ciudad. Los habitantes de las zonas urbanas demandamos que el servicio funcione bien las 24 horas del día, todos los días de la semana durante todo el año. Menos de eso es inaceptable. No hay tregua para el servicio eléctrico ni para el servicio de agua potable porque el funcionamiento de la economía y vida urbana dependen de ello. 

¿Quién es el responsable de la suspensión del servicio de agua potable en 250 colonias de la ciudad? El Gobierno del Estado de inmediato acusó que el problema fue de la CFE y culpó a los apagones por las fallas en la planta de bombeo de Chapala. Cuesta trabajo imaginar que haya sido así porque no hay reporte de apagones prolongados en el Estado y menos creíble aún es que la falta de bombeo por unas horas se haya traducido en falta de agua, en algunos casos, por días. Lo que quedó en evidencia en la última semana es la debilidad de nuestra infraestructura hidráulica. No hablemos de la necesidad de tener sistemas redundantes, que es a lo que habría que aspirar en una ciudad como la nuestra, sino simplemente de mantenimiento preventivo.

Una buena parte de la infraestructura del SIAPA es muy antigua. No sólo las tuberías, que suelen ser la noticia porque generan socavones y hundimientos, sino bombas que tienen sesenta o setenta años funcionando, plantas eléctricas que requieren ser actualizadas y redes de macro conducción, particularmente el acueducto Chapala-Guadalajara y el canal Atequiza-El Capulín-Las Pintas, rebasadas. El acueducto, construido en los años ochenta, ha perdido capacidad de conducción, pero no se ha podido reparar por falta de un segundo acueducto, ese que los políticos se han negado reiteradamente a construir porque alguien les metió en la cabeza que eso significa sacar más agua al lago de Chapala. El canal, construido en los años cincuenta, ya no debería operar; sin embargo, se ha tenido que mantener en operación por la falta, otra vez, del segundo acueducto. Si bien es cierto que se ha invertido en desazolve y reparación, es un sistema sumamente ineficiente.

La infraestructura hidráulica de la ciudad requiere grandes inversiones. Para ello es necesario un organismo operador financieramente sano y técnicamente solvente. El SIAPA que entregará la administración de Alfaro no es ni lo uno ni lo otro.

diego.petersen@informador.com.mx

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