Viernes, 29 de Marzo 2024
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El trébol italiano de la suerte

Realizamos una prueba de manejo con cuatro modelos de Alfa Romeo

Por: EL INFORMADOR

EN PISTA. Probamos distintos modelos de la marca italiana en el mejor circuito de nuestro país. EL INFORMADOR / S. Oliveira

EN PISTA. Probamos distintos modelos de la marca italiana en el mejor circuito de nuestro país. EL INFORMADOR / S. Oliveira

GUADALAJARA, JALISCO (29/JUL/2017).- Hasta Tláloc debe sentir algo de amor por los Alfa Romeo, puesto que puso en el cielo la mañana perfecta para conducir en una pista, en la capital mexicana. Ahí, salimos del asiento de esos italianos aún más enamorados de ellos de lo que habíamos llegado.

Bajo nubes que nos protegían del Sol pero nunca dejaron caer el agua que hubiera empañado los cristales y el evento, los cuatro modelos de Alfa Romeo -más sus variantes- esperaban en la pista del circuito que volvió a abrigar la Fórmula Uno en el país para que algunos de los privilegiados invitados por la marca nos divirtiéramos un rato.

Antes de entrar en los coches, Jesús Gallo, Director de Alfa Romeo, Fiat, Dodge y Ram en México, habló del fuerte crecimiento de la marca en el país, superior en más de 25% con relación a los números del año pasado. También comentó que la marca adoptará una estrategia de hacer algunos puntos de venta en conjunto con Jeep, otra marca de nicho de FCA (Fiat Chrysler Automóviles) en ciertas plazas, que ya empezó en Celaya. No quiso adelantar fechas del arribo del crossover Stelvio, solo que se dará en 2018 a suelo mexicano.

Éxtasis total

Pero fue en la pista donde realmente nos fuimos a divertir. En nuestro caso, primero nos tocó subirnos de copiloto a un Giulia Ti, que rodó sobre el autódromo con buen aplomo, digo de un auto Premium de corte deportivo que es. Dos vueltas más tarde llegó el momento de éxtasis del día: ponernos al mando del Giulia Quadriofoglio Verde, un sedán que permite que bajo su cofre viva una bestia con 6 cilindros que pone 505 caballos de fuerza en las ruedas traseras y una inmensa sonrisa en el rostro de los que tengan la fortuna de conducirlo. Y más en una pista.

La primera vuelta fue de reconocimiento, con manejo tranquilo. Pero antes de salir de los “pits” el auto ya mostraba que lo que le gusta, es correr.  Apenas tocamos el acelerador y el Giulia quería brincar hacia delante, como un inquieto toro de lidia.

La segunda vuelta, sin embargo, fue el éxtasis. Qué magnífico coche es el Giulia QV. Aceleración, frenados, capacidad de curveo. Las respuestas son inmediatas, el control es muy amplio. Pero hay un detalle: es un Alfa Romeo. Y esto quiere decir que no esperemos docilidad. Con el Giulia QV no vamos a bajar del auto sintiéndonos un mejor piloto de lo que somos porque alguna computadora hizo el trabajo por nosotros. Un Alfa exige manos, pies, atención total. Ese espíritu es lo que lo hace especial. Te sientes un buen piloto solo si realmente lo eres.

Al final de la recta principal, con el Giulia a 236 km/h luego de haber arrancado desde cero en la curva anterior, pisamos el freno con fuerza para tomar la primera curva a la derecha y ya lo sabíamos, nuestro corazón tenía otro dueño. Lo mejor de todo es que la velocidad final puede variar cuando conducimos un MiTo, un Giulieta o un 4C, pero la sensación es la misma. Alfa Romeo, y más cuando usa el trébol de cuatro hojas en su carrocería, es 100% emoción. Y esto se agradece con el alma.

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