Vivimos en un mundo dominado por la sinrazón capitalista que es en sí misma una maquinaria productora de nocividades: respirar es nocivo, transportarse es nocivo, alimentarse es nocivo, trabajar es nocivo, vivir en las ciudades es nocivo, el poder es nocivo. Por ello el pensamiento contemporáneo requiere hacer una crítica radical a la sociedad industrial-urbana capitalista, no para ralentizar su desarrollo, sino para plantearse el antidesarrollismo a partir de la revolución social. Las ideas son de Miguel Amorós, historiador nacido en Valencia, España en 1949. Amorós es hoy por hoy uno de los pensadores libertarios más influyentes en el Estado español y en Europa. Gracias a la cátedra Jorge Alonso, patrocinada por la UdeG y el Ciesas, Amorós se encuentra aquí en Guadalajara.Hoy y mañana imparte el seminario “Pensamiento crítico, revolución de la vida cotidiana y organización autogestiva integral”, en el auditorio Silvano Barba del CUCSH a las 5 de la tarde. El título da cuenta de algunas de las ideas centrales de Miguel Amorós. El fin se semana participará en la V Feria del Libro Anarquista que se celebrará en el Centro Social Ruptura de Guadalajara (8 de Julio 334). Ahí presentará su libro “Contra la nocividad: anarquismo, antidesarrollismo y revolución”. Conocer y escuchar las ideas de Amorós es saludable para quien se plantee una crítica radical a la moderna sociedad capitalista, pues “el entorno industrializado, contaminado y exhausto, se vuelve cada vez más hostil a la vida, más inhumano”, dice el pensador valenciano. El capitalismo siempre ha depredado la vida, sin embargo, en el presente se ha vuelto más violento y agresivo, desatando la guerra contra todo lo que entorpece la acumulación de capital. “El principio del beneficio privado como norma fundamental de funcionamiento social es el causante de esta guerra. El dominio de una economía separada de las necesidades sociales sobre cualquier otra actividad ha desembocado en una guerra contra todo lo que obstaculiza la realización inmediata del beneficio, ya sea la naturaleza, el territorio, la tradición o las mismísimas relaciones sociales”, señala Amorós. La crisis de la moderna sociedad industrial-mercantil es patente y su crítica proviene de distintos frentes, pero la mayoría, cuestiona Amorós, terminan por apuntalar este régimen de nocividades en lugar de sustituirlo. Amorós es un referente mundial en el debate entre decrecentistas y antidesarrollistas. El pensador anarquista sostiene que no basta con hacer más “sustentable” el “desarrollo industrial”, como opinan la mayoría, sino que hay que decrecer. Es necesario plantearse “no es un retorno a la naturaleza, sino a la armonía con la naturaleza”. Amorós es también un crítico radical contras las posturas ciudadanista y supuestamente progresistas hoy en boga: “El ‘asalto a las instituciones’ no es más que la explotación electoral del desencanto ‘ciudadano’. Basta con observar un poco la conducta institucional de Podemos y consortes para darse cuenta de que no han venido a regenerar nada, sino a apuntalarlo todo”.En un contexto donde imperan las prácticas e ideas políticas liberales que apuestan a la reforma de las instituciones y a limar las aristas de la nocividad capitalista, escuchar las ideas de Amorós no solo es saludable, sino necesario.
