Sería necio echar a vuelo las campanas; proclamar, desde ahora, que el Atlas pasará de la larga lista de los llamados a la selecta de los escogidos. Sería igualmente necio, sin embargo, descartar que en la recta final de la etapa clasificatoria conseguirá la cuota de puntos necesaria para asegurar el boleto a la “Liguilla”.El hecho es que hoy por hoy, tras la victoria de anoche en Puebla, los rojinegros dieron un salto significativo en el tabulador, y tienen en la mano el boleto de referencia. (¡“Ya merito”, se diría!...). Dar el siguiente paso -meterse el boleto en la bolsa- depende más de los que ellos mismos hagan por su causa que por lo que otros -Pachuca, “Pumas”, Cruz Azul y Monterrey, por señalar a los perseguidores de más prosapia- dejen de hacer en beneficio de la suya.*De los partidos que tenían en la agenda los rojinegros, dos invitaban a contemplarlos con optimismo: el de anoche en Puebla y el de la jornada 17 ante San Luis; los duelos ante Necaxa, el viernes próximo, “Pumas” y Monterrey, estos últimos en calidad de visitante, se vislumbran bastante más complicados… sin perder de vista que el Atlas, históricamente, ha labrado justa fama de ser un equipo caganchesco; imprevisible, pues.La victoria de anoche, sin dejar gran cosa en la memoria de los aficionados, porque tanto Puebla como Atlas exhibieron más miserias que riquezas futbolísticas, se consiguió a base de aplicación, disciplina táctica y esfuerzo. Más a base de sudor que de talento, pues… Aunque los poblanos comenzaron a mostrar otra cara desde que Juan Reynoso relevó al pintoresco “Chelís” Sánchez Solá en el timón -pruebas de ello, sus recientes victorias sobre “Tigres” (a domicilio) y León-, no han experimentado una metamorfosis radical. Prueba de ello, la inoperancia que anoche fue su sello y que le impidió sacar partido a la hipotética ventaja de jugar en casa.*La gran incógnita de la semana se despejó finalmente con la presencia del Veracruz en su cancha, para el partido programado ante los “Tigres”… aunque el desenlace del mismo -crónica de una muerte anunciada- sólo sirviera para prolongar la agonía de los “Escualos” y para acrecentar los oprobiosos números con los que pasarán a la historia como uno de los más lamentables equipos del mundo, en su momento, y del futbol mexicano en todos los tiempos.
