Jueves, 28 de Marzo 2024

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* Síndrome rojinegro

Por: Jaime García Elías

* Síndrome rojinegro

* Síndrome rojinegro

La moraleja de la historia, simplificada al máximo, sería que “el que a penalti mata, a penalti muere”…

Si el de Romo sobre Pulido, ya en las postrimerías del partido, que permitió al Guadalajara enfilarse al que prometía ser el triunfo que lo metiera a la zona de clasificación para la “Liguilla”, fue dudoso, el de Cervantes sobre Corral, que permitió al Querétaro rescatar el empate ya en tiempo de compensación, fue igualmente discutible. En ambos, al final de cuentas, hubo congruencia por parte del silbante Marco Antonio Ortiz Nava: acciones similares, idénticas sanciones. Y como la regla no exige que haya fractura expuesta para señalar la pena máxima, prevaleció el añejo axioma del “Mago” Helenio Herrera: “¿Cuándo es penalti…?: cuando lo decide el árbitro”.

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En cualquier caso, el empate de ayer deja abierta la incógnita: ¿cuál Guadalajara es más verdadero: el que llegó cuatro veces contra el Monterrey y le anotó cuatro goles, en la jornada anterior, o el que llegó diez o doce veces ante el Querétaro, y para concretar una necesitó de una manita del silbante, que concedió penalti cuando muy bien pudo -como decían los cronistas antiguos- “tragarse el silbato”…?

Los rayados, ayer, parecieron haberse contagiado del síndrome del Atlas. Antes del multicitado penalti, Zaldívar (dos veces), Basulto, Beltrán, Pereira, Sandoval (anulado), Van Rankin y Godínez (dos veces) “olieron” el gol… pero ninguno acertó a hincarle el diente. Y cuando ya parecía que el triunfo era suyo, se desvaneció en el último suspiro.

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El Atlas, la víspera, acarició, a base de un pulcro desempeño de la línea defensiva, la esperanza de burlar el pronóstico que lo condenaba a caer como visitante del Cruz Azul.

La Crónica de una Muerte Anunciada -con la venia de García Márquez-, sin embargo, empezó a consumarse cuando iban apenas 17 minutos de partido. El error de Torres, al entregar el balón en la salida de su equipo, y el golazo de Aldrete -imparable para Pepe Hernández… y quizá para el que se tenga por el mejor portero del mundo-, prácticamente sentenciaron la historia, cuando el cotejo era muy joven todavía...

Estaba visto que no sería ante Chuy Corona (uno de los mejores porteros mexicanos) ni ante el Cruz Azul (el mejor equipo y la mejor defensa en lo que va de la temporada), que se produciría el ansiado despertar de los rojinegros.

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