Viernes, 19 de Abril 2024

Surf, pasión e igualdad en la pantalla

Döerthe Eickelberg presentó en el Festival de Sayulita “Chicks On Boards”, una historia que muestra la lucha femenina por ganar espacios

Por: El Informador

Döerthe Eickelberg, la documentalista, feliz de la vida en Sayulita. EL INFORMADOR / F. González

Döerthe Eickelberg, la documentalista, feliz de la vida en Sayulita. EL INFORMADOR / F. González

El surf es un pequeño acto de poesía física entre la infinidad del mar y la intimidad de la ola. Transcurre en un suspiro que despliega todo el equilibrio, gracia y potencia de quien surca el agua. Sobre la tabla y en el lienzo acuático no importa la edad, el origen ni el sexo… ¿O sí?

Döerthe Eickelberg expone en su documental, “Chicks On Boards”, que la ola más peligrosa que enfrentan las surfistas no proviene del océano, sino de la sociedad en la que se desenvuelven.

“Chicks On Boards” cuenta la historia de cinco mujeres que practican el surf en distintos puntos del globo: Sudáfrica, India, Palestina, Inglaterra y Hawaii. Cada una con dificultades personales para disfrutar de una actividad que aman, aunque siempre con la intención de mantenerse arriba de la tabla.

El proyecto, filmado a modo de “road movie”, recién se presentó en el Festival de Sayulita el pasado fin de semana, donde ganó el premio a Mejor documental deportivo. La posibilidad de traerlo a más encuentros fílmicos en nuestro país está sobre la mesa.

La divulgadora, cineasta y periodista alemana platicó con este medio sobre un documental que busca darle forma y voz a las historias de mujeres que representan a miles con el mismo ideal: Libertad para seguir su propio camino.

-¿Cuál fue la semilla de este proyecto?

-Trabajo para un canal de televisión europeo donde se hace divulgación científica. Es divertido, porque nos permite abordar montón de temas, y uno de ellos fue sobre las ondas y las olas, así que me permitía viajar mucho al mar.

Estaba en este proyecto cuando descubrí el surf, pues muchas de las escenas e investigaciones las hacíamos en playas donde se practica esta disciplina. De hecho, la primera vez que me subí a una tabla quedó grabada, ¡y eso fue hace apenas un par de años! (risas).

-Luces con mucha confianza en el documental…

-En realidad me caí bastantes veces (risas). Me encanta el ambiente del surf, pero comencé a darme cuenta que la proporción de mujeres respecto a hombres practicándolo era mínima. Llegó a ocurrir que a veces era la única mujer en la playa y me parecía muy extraño.

-¿Dónde estaban las mujeres?

-Eso fue lo que le pregunté a los surfistas. ¿Acaso no tenían hermanas? ¿No tenían amigas que practicaran surf? Entonces empecé a investigar y descubrí lo difícil que es para una mujer hacer surf por una estigmatización social. Me di cuenta de la enorme presión que hay detrás para desanimarlas o incluso bajarlas de la tabla. O son muy pequeñas o son muy grandes o simplemente no deben.

-Hay una historia en el documental, la de Sabah, que es particularmente fuerte. Ella está a punto de cumplir 18 años y cuando suceda, la ley islámica de Palestina le prohíbe volver al surf, ¿mantuviste contacto con ella después?

-Fue muy duro su caso, porque era muy joven en el momento en el que rodamos y pensaba que quizás algo podía cambiar durante el rodaje, una especie de final feliz… pero las leyes en su país (Palestina) son muy rigurosas. Había cierta resignación en su caso y bueno… luego de que terminamos de rodar mantuve contacto con ella. Se casó casi de inmediato después de que la dejamos. Han pasado dos años y ya espera a su segundo hijo.

-¿Sentiste que cambió algo después de que concluiste el rodaje del documental?

-Sería demasiado positivo pensar que sí. Lentamente han cambiado algunos prejuicios en nuestra sociedad, es verdad, pero al margen del surf, son tantos... ¡Tantos!

No te “ponen el pie” solamente por ser mujer, sino porque ya no eres joven. Trabajo en un canal de divulgación científica y la mayoría de los presentadores son hombres. Y en televisión, la mayoría de las mujeres que están a cuadro son jóvenes, ¿qué pasa cuando crecemos? Creo que ya fue suficiente de hacernos a un lado. Debemos permanecer en nuestro lugar y decirle a la sociedad, “no, no me moveré”.

Las historias 

  • SABAH: Disfruta de sus últimas olas en la Franja de Gaza, ya que está por casarse y entonces su marido tomará el mando de su vida.
  • Aneesha: Perseguir su sueño de volverse una surfista profesional ha provocado que su familia la rechace. Ahora debe emprender en solitario su sueño.
  • Suthu: Vive en Sudáfrica y además de ser la única mujer negra en el agua, enfrenta la estigmatización de ser lesbiana.
  • Paige: Por razones de seguridad algunos concursos de surf en Hawaii no permiten la participación de mujeres… eso, hasta que aparece Paige para retar las olas más peligrosas.
  • Gwyn: Cuando comenzó su pasión por el mar era la única mujer que practicaba el surf en Inglaterra. A sus 72 años, ella sigue siendo una de las pocas.

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