Jueves, 28 de Marzo 2024

La verdad detrás del "Megxit"

La salida de Meghan y Harry de la familia real involucra episodios de racismo y misoginia 

Por: El Informador

Harry y Meghan actualmente se encuentran en Canadá. AFP

Harry y Meghan actualmente se encuentran en Canadá. AFP

La palabra “Megxit” se convirtió en tendencia en redes sociales tras el anuncio del príncipe Harry y su esposa Meghan sobre sus planes de alejarse de sus funciones como parte de la familia real británica. En un claro guiño al término “Brexit”, como se conoce al proceso de salida de Reino Unido de la Unión Europea, la etiqueta “Megxit” se convirtió en un ingenioso juego de palabras.

Pero, ¿qué hay detrás de esta decisión? Expertos señalan que se trata de una respuesta ante los cuestionamientos por sus orígenes, gustos e iniciativas a los que ha sido sometida la exactriz Meghan Markle por parte de la prensa británica, a la que parece incomodarle que sea divorciada y mestiza.

La activista de 38 años se encuentra ahora en Canadá, donde desea, junto con su esposo, forjar una vida independiente de la monarquía del Reino Unido que les permita, dicen, obtener sus propios ingresos y redefinir su relación con los medios.

Por lo pronto, en su página web Sussexroyal.com se puede leer que los duques gestionarán la cobertura de sus propios eventos y ya no se someterán al “Royal rota” -el selecto grupo de corresponsales acreditados ante la Casa Real-.

Ataques misóginos y racistas

Al confirmar su noviazgo en noviembre de 2016, el príncipe Enrique condenó “el trato abusivo con connotaciones racistas” dado por los tabloides a Meghan, de padre blanco y madre de raza negra.

Días antes el “Daily Mail”, la cabecera más vendida del país, ironizaba con que la joven era “casi salida de Compton”, cuna de la élite inglesa, en un artículo en el que describía el barrio “tomado por las bandas” en el que vive su madre, Doria Ragland, en Los Ángeles, Estados Unidos. Aunado a lo anterior, la prensa no ha parado de criticar la presunta vulgaridad en el vestuario y los modales de Meghan.

Tras el nacimiento de su hijo Archie en mayo de 2019, el locutor de la BBC Danny Baker fue cesado después de tuitear una foto de una pareja con una cría de chimpancé; además, en las redes sociales, un joven neonazi, posteriormente convicto, acusó a Enrique de “traidor de la raza blanca”.

En respuesta a estos ataques, el pasado octubre, 72 diputadas británicas escribieron a Meghan para solidarizarse por los ataques “con desfasadas connotaciones coloniales” y misóginos que recibe de la prensa. Y en un documental de ITV ese mes, Meghan confesó su sufrimiento por las calumnias y dijo que sus amigos británicos ya la habían advertido de que la prensa amarilla “destruiría” su vida.

En un artículo publicado en “The New York Times”, la autora británica mestiza Afua Hirsch dice que los negros en el Reino Unido comprenden “por qué Meghan quiere irse”, pues es juzgada con el criterio de una “rígida sociedad clasista” donde “hay una profunda correlación entre privilegio y raza”.

Hipocresía de los Sussex

La misma escritora admite no obstante que muchos británicos de minorías étnicas quedaron “perplejos” por la decisión de la entonces actriz y activista feminista de casarse con un príncipe y entrar así “en el corazón del poder establecido” del Reino Unido.

Por su parte, la columnista del diario de derecha y monárquico “The Daily Telegraph” Sherelle Jacobs, también mestiza, asegura que la decisión de los Sussex de dejar sus obligaciones y el país no se debe al racismo, aunque lo haya habido, sino a su deseo de “tenerlo todo”.

Considera que la pareja exhibe un “victimismo narcisista” e hipocresía pues, junto con sus deseos de independencia, quiere conservar su mansión real en el castillo inglés de Windsor y la paga que les da el príncipe Carlos; además, quieren seguir viajando en su avión privado, pese a sus llamamientos a la protección del planeta.

Condena del sindicato de periodistas

La secretaria general de la Unión nacional de periodistas del Reino Unido (NUJ, en inglés), Michelle Stanistreet, ha calificado de “totalmente inaceptable” la aparente exclusión de los corresponsales del “Royal Rota” de las actividades de los Sussex.

Aunque el sistema establecido hace cuarenta años “no es perfecto”, “permite a los periodistas hacer una cobertura de la familia real, una institución mantenida con dinero público”, afirma en un comunicado.

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